1/5/09

Polonia: ÑAM-ÑAM

Siendo sinceros Polonia no destaca especialmente por su gastronomía, que se basa en dos grandes pilares: las sopas y las patatas. Para una persona de un país mediterráneo, la verdad es que no destaca especialmente.

Las sopas son realmente buenas y además tienen un surtido simplemente increíble. Prácticamente hacen sopas de todo. En un país con unas temperaturas tan extremas en invierno realmente se agradecen ;-).

Respecto a las patatas, creo que esta anécdota será lo suficientemente explicativa. Unas EVS españolas que cumplían su voluntariado en una escuela de las afueras de Varsovia, pidieron que le dejasen unas patatas para hacer una tortilla española. Ningún problema, respondió la encargada de cocina y a continuación, les acompañó a la despensa en donde tenían... ¡una habitación ENTERA llena de patatas!. Por tanto, no os sorprendáis cuando encontréis el omnipresente puré de patatas acompañando todos los platos.

La carne todavía se considera símbolo de riqueza y no es extraño que como huésped la encuentres en la mesa en repetidas ocasiones. Es un modo polaco de demostrar su hospitalidad y su aprecio por el invitado. Sobre el pescado no puedo decir nada, vivía en una ciudad al sur del país y allí el pescado más fresco que llegaba eran las barritas de merluza del capitán Pescanova.

Si hablamos de platos tradicionales no puedo dejar de mencionar los “pierogis”. Una especie de empanadillas, así como el “bigos”, un plato consistente a base de verdura y carne.

Una última recomendación sobre comida. No dejéis de visitar los bares de leche – Bar Mleczny. Son unos restaurantes extraordinariamente baratos legados de la época comunista. No busquéis en ellos diseño o refinamiento, simplemente pueden ofrecerte un buen precio. No digo que vayáis todos los días pero como experiencia resulta interesante.

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